Por fin un día que me pareció pescador, y aprovecho para salir a la tarde y ver como se comportan las truchas al sereno. De paso visito una zona del río Aller, que hacía tiempo que no visitaba por estar en obras de la nueva carretera hasta Cabañaquinta, y que HORROR, escollera tras escollera, adiós a los LLerones a orillas del río. En vez de decir voy a pescar al río Aller, ahora diremos, voy a pescar al canal Aller. El encanto del valle del Aller se está perdiendo , pues su río era uno de sus mayores tesoros. El progreso trae consigo la destrucción de tesoros naturales que nunca se van a recuperar, y siento vergüenza del legado que vamos a dejar a las generaciones venideras.
No confiaba mucho del tramo a pescar, pues hace mas de un año que fue removido para encauzar el río, pero a las 19 menos cinco exactamente comenzaron a moverse con gran actividad, pero a las 19 y 20 se pararon de golpe, en ese espacio de tiempo me dio para capturar una docena de truchas pero solo dos entraron en la cesta el resto no llegaban a la medida establecida. A partir de ahí sigo insistiendo hasta las 22 que por fin decido retirarme, en vista de la inactividad total de las truchas, un poco decepcionado ante un día que me parecía pescador.
La primera de la medida que pude meter en la cesta, parecía que el día era prometedor.
Las escolleras hacia arriba y hacia abajo.¡ADIÓS LLERONES!
domingo, 30 de mayo de 2010
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