Me propongo pescar la zona de Piñeres pero el agua estaba toda embarrada, así que subo mas arriba del valle del Aller y en Cabañaquinta veo el agua limpia, las obras de la carretera son las culpables una vez mas de nuestra desesperación.
En Levinco aparco mi coche y me pongo a pescar por debajo del coto Aller, las condiciones del río eran buenas pero ya sabia yo que poco iba a conseguir pues mi tiempo estaba limitado, me esperaba la cena familiar de las fiestas de San Juan en Mieres, y antes de las 9 tenia que estar en casa, dos horas y media para pescar así que a disfrutarlas al máximo.
El río va cogiendo su estado mas óptimo, después de la gran riada, pero las consecuencias se aprecian por todas partes, incluso en las carreteras aun hay sitios con restos de argallos y demás.
Se puede ver que el río se va pareciendo a lo que todos conocemos, esperemos que las truchas se sitúen también.
Comienzo la pesca con ilusión y ganas pero sobre todo con paciencia, y disfrutando del entorno.
El par de truchas que pude conseguir salieron muy palidas y apenas sin manchas, no se parecian en nada a las hermosas truchas del Aller
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