En un momento de relajación, aprovecho para recordar cuando intentabas aprender a tu hijo a pescar, pero claro las aficiones de los chavales por suerte no son las de los padres, aunque a mi hijo si le gusta pescar, pero no tiene la sangre envenenada por la pesca como su padre. Y repasando fotos voy a mostrar lo que ocurre.

Cuando lo enseñaba a pescar
Ahora el intenta enseñarme a mi.
Asi es la vida, los hijos vuelan y forman su propio destino y te van demostrando con el paso del tiempo, que les tienes que soltar de la mano.
Mañana se casa uno de mis hijos, espero y deseo que para bien, y que pueda mostrar a sus futuros hijos estos documentos que con nuestros pequeños conocimientos, aqui plasmamos.
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